lunes, 3 de septiembre de 2012

El rostro fantasma



Pamela y yo íbamos de vacaciones , teníamos pensado ir en escala en eso llegamos a un  pequeño pueblo muy lejano de la ciudad, teníamos que descansar y buscar un apartamento, llegando como a eso de las 6pm vimos un tumulto en una pequeña casa era como una pequeña reunión, ´parqueamos el carro a la orilla de la calle, y mi esposa y yo nos bajamos nos dirigimos a donde estaba la gente y vimos que no era una reunión si no una vela, estaban velando a alguien , curioso le pregunte a un señor y me dijo que estaban velando a una mujer que murió de epilepsia, mi esposa me dijo que nos fuéramos a descansar estaba muy cansada, antes de irme me asome al ataúd y vi a la señora tenía el cuello como muy lastimado y no me explique porque , estábamos en departamento hablando de eso cuando tocaron la puerta, mi esposa abrió y no había  nadie, entro y volvieron a tocar , entonces salí yo abrí y tampoco encontré  a nadie, confundidos ante tal cosa, me arrecoste a la cama , agarre un pequeño libro y me puse a leer en eso oí un golpe en mi ventana , mi esposa estaba en el baño, me asome y vi un rostro  espelúznate , cerré la ventana y caí al piso asustado llame a mi esposa y le dije que algo andaba afuera que no abriera la puerta, luego otro golpe en la ventana y con cuidado y con un puñal en mano abrí y vi a la mujer del atuad que me miraba diabólicamente los vidrios se rompieron y mi esposa grito y yo con cuchillo en mano le dije: si te acercas te mato mi pulso me temblaba sabia que esa mujer estaba muerta y no sé qué era lo que quería, luego abrieron la puerta y asustados volvimos a ver era el administrador del departamento preguntando que que había sido ese ruido! Le contamos lo sucedido y nos dijo que era común que asustaran en ese pueblo que hace un día había muerto una mujer que decía que era bruja, le pregunte de que había muerto y me dijo que según decía la gente la habían encontrado ahorcada en su casa, entonces ahí Pamela y yo entendimos porque  el cuello de aquella mujer estaba así. A la mañana siguiente mi esposa y yo seguimos nuestro viaje recordando aquella mujer del ataúd.

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